En un mundo que gira cada vez más rápido, los bibliomanos se resguardan de la prisa y el ruido en la biblioteca. Entre susurros se confiesan sobre el sentido de la vida. Una arqueóloga utópica que abandonó la idea de tener su propia biblioteca y ahora sueña con tiempo para leer. Un flâneur de bibliotecas y profesor que ya no sabe dónde guardar más libros. Una estudiante de filosofía que trabaja en Starbucks para ganarse la vida mientras indaga sobre la identidad y la moral. O una futura profesora de filosofía crítica del amor romántico que la rodea. Una celebración al pensamiento y la obsesión donde las bibliotecas revelan a sus habitantes.
NOTA DEL DIRECTOR
De niño mi padre me llevaba cada semana “a sacar libros”. Era un ritual que, casi cuarenta años después, sigo repitiendo con mi hija: libros para ella, libros para mí.
Durante mi juventud viví en varias ciudades, y allá donde iba, las bibliotecas se convertían de inmediato en mi segundo hogar: Helsinki, Estocolmo, París, Lyon, Barcelona, Terrassa, Granada… Fueron mis primeros refugios como extranjero, y hoy siguen siendo lugares predilectos por todo lo que representan para mí: seguridad, familia, refugio.
Refugios de papel es una película de encuentros con personas atravesadas, de una manera u otra, por experiencias profundas vividas en bibliotecas. No desde la nostalgia, sino desde la emoción, el humor, lo absurdo y una cierta poética de la resistencia que envuelve estos espacios y a quienes los habitan: bibliotecarios románticas, visitantes incondicionales, estudiantes de filosofía, personas que han hecho de la biblioteca un segundo hogar.
La película se fue transformando durante el rodaje. Las bibliotecas y los libros se convirtieron en una excusa para tejer un relato coral sobre la intimidad: voces que me hablaban, en susurros, de sus sueños y fracasos, de sus filias y sus refugios. Hemos hilvanado esas emociones para construir una sinfonía, un diario colectivo que dialoga con imágenes de otros tiempos, componiendo un collage libre que, espero, provoque en el espectador una mezcla de vértigo y consuelo, de nostalgia por lo que ya no somos y de utopía por lo que aún podemos llegar a ser.
Dirección
Miguel Eek
Guión
Aina Martos y Miguel Eek
Producción
Javier del Álamo
Cámara
J. Ramón Jiménez
Sonido directo
Andrea Sánchez Gómez
Diseño de sonido
Laura Gantes
Montaje
Aina Martos
Diseño gráfico
Ángel Luque
Una producción de El obrador
con la participación de Consell de Mallorca, ICIB yIB3