Pantallas vacías, y ¿Dónde está el público de los cines? ¿Cuál es el futuro de la exhibición cinematográfica? Proyeccionistas, acomodadores, taquilleros y empresarios de cine conversan sobre su profesión en algunas de las salas míticas de Mallorca; las que siguen abiertas, pero también las que cerraron en las últimas décadas. Diálogos que derivan sobre la profesión y su pasión por la producción audiovisual.
Ellos son los testimonios de la transformación de los hábitos de ocio, cultura y arte de nuestra sociedad y, por tanto, de la Mallorca contemporánea.
Desde hace décadas dos grandes familias, Salom y Salas, se reparten el 70% de las pantallas de Mallorca –hoy ya es el 90%–. Simultáneamente, pequeños empresarios abrieron cines en Palma y en la Part Forana para ofrecer una alternativa más de autor, como los ABC o los cines Renoir (hoy CineCiutat), o de proximidad, como el cine de Sineu o el Goya, en Manacor.
Todos ellos terminaron sucumbiendo ante las presiones y la inviabilidad económica.
Empresarios y trabajadores confrontan sus miradas sobre las salas de cine y el cambio de paradigma cultural.
Conversaciones a corazón abierto sobre las diversas crisis que han desmantelado sus vidas: la irrupción del VHS y el DVD, la piratería, la digitalización y las plataformas, pero también la tiranía de la inmediatez y la distracción en la forma de relacionarnos.
Los recuerdos se mezclarán con las opiniones sobre un arte que une a industria y cultura. Un retrato del cine contado por los protagonistas anónimos que hicieron soñar a una sociedad que hoy prefiere el confort de la casa en el ritual y la emoción de la sala. Un arte y un negocio en el que la ambición, las relaciones de poder y las traiciones han marcado enormemente el desarrollo y transformación de la sociedad mallorquina.